2 de Julio de 2017
Por: Dr. John A. Morrow
“Creo que el Islam nos aborrece”, afirmó un multimillonario fanfarrón el 09 de marzo de 2016, mientras competía para ser Presidente de los Estados Unidos. Al parecer, muchos estadounidenses comparten dicho sentimiento. Gracias a la propaganda antimusulmana, muchos estadounidenses se envalentonan y consideran correcto odiar a todos los musulmanes de manera abierta, descarada e indiscriminada.
EEUU se edificó sobre el odio: odio a los aborígenes del país, odio a los afroamericanos, odio a los católicos estadounidenses, odio a los hispanoamericanos y odio a los musulmanes estadounidenses. La historia de los Estados Unidos, en gran medida, es una historia de odios.
A la luz de ese vergonzoso legado de intolerancia y fanatismo, no sorprende que a partir de 2017 haya en EEUU 917 de grupos activos fomentando la discriminación. Después de todo, es tan estadounidense como el pastel de manzana (que, por supuesto, realmente es francés canadiense).
Según el Southern Poverty Law Center, 130 de esos grupos discriminadores pertenecen al Ku Klux Klan (KKK), 99 son neonazis, 100 son nacionalistas blancos, 78 son cabezas rapadas racistas, 21 pertenecen a “Identidad Cristiana” (promotores de una interpretación racial del cristianismo), 43 son neoconfederados (separatistas blancos), 193 son separatistas negros, 52 son anti LGBT, 101 antimusulmanes y otros 100 discriminadores en general.
Con la excepción de los grupos separatistas negros, como “La Nación del Islam” (que nada tiene que ver con el Islam como religión), sectas como la de los moros “Nuwaubian Nation” y grupos racistas y antisemitas, como el nuevo Partido Pantera Negra –que se desarrolló como una respuesta natural a la supremacía blanca–, todos los grupos discriminadores activos en Estados Unidos se componen de gente blanca, la mayoría de las cuales se identifican como cristianas.
Estados Unidos está amenazado externa e internamente. Las amenazas internas provienen de grupos discriminadores de extrema derecha, terroristas de izquierda, separatistas puertorriqueños, anarquistas y ecoterroristas. Las externas provienen de grupos aparentemente vinculados con la red yihadista internacional y los estados patrocinadores del terrorismo internacional que atacan al país y sus intereses tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Al-Qaeda fue la mayor amenaza para Estados Unidos en el decenio de 1990 y principios del 2000. Luego fue reemplazada por el grupo terrorista Daesh (ISIS/ISIL). Según los investigadores del Programa sobre Extremismo de la Universidad George Washington, hay 300 reclutadores del ISIS operando en los Estados Unidos. El FBI informó que contabilizaba 1.000 de ellos. El gobierno estadounidense ha identificado positivamente menos de una docena de estadounidenses que se han unido al ISIS.
Hay más de 1.000 estadounidenses salafitas-wahabitas que apoyan al ISIS. En contraste, en EEUU hay de 5.000 a 8.000 miembros del KKK. Si reunimos a todos los antimusulmanes y supremacistas blancos, estamos tratando con un “Imperio Invisible”, como los llama la “derecha alternativa” (extrema derecha que rechaza a los conservadores que adoptan ideas progresistas), pero que yo prefiero llamarlos el Trailer Park de imbéciles innatos, compuesto por medio millón (o más) de activos promotores de la discriminación y el extremismo violento.
Desde el 2015 la cantidad de grupos discriminadores antiislámicos aumentó un 197%. Los crímenes de odio contra los musulmanes aumentaron 67% en 2015 y en el 2016 un 89%. Esta cuestión nos lleva a preguntar: ¿quién odia a quién?
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